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22 octubre 2014

Un as en la manga" de Annie Proulx

Annie Proulx

Nacida en Connecticut en 1935. Tras estudiar Historia, se dedicó al periodismo durante quince años y hasta la cincuentena no decidió ser novelista y su irrupción en el mundo literario fue tan tardía y en pocos años recibió premios como el Pulitzer o el National Book Award. Pero Proulx no sólo ha recibido el reconocimiento de la crítica sino que es leída —y seguida— por un público mayoritario, y cuyas obras se adaptan con éxito a la gran pantalla, como es el caso de Atando cabos y Brokeback Mountain, que le valió el salto a la fama.
Ha publicado también el volumen de cuentos Canciones del corazón y otra gran novela: Los crímenes del acordeón. Aunque su especialidad son los relatos cortos de temas costumbristas, en los que consigue comprimir múltiples acciones y anécdotas con descripciones certeras.
Reside desde hace años en un entorno rural, lo que le permite conocer bien la mentalidad y circunstancias de la población más modesta e identificarse con sus inquietudes. Sus relatos describen tanto la brutalidad y franqueza de las gentes, como su honestidad y capacidad de sacrificio. La inclusión de actos rocambolescos, casi inverosímiles, así como ciertas pinceladas de fantasía, permiten etiquetar su estilo como «realismo mágico». Proulx sabe describir la belleza de los paisajes con un rico vocabulario.

“Un as en la manga”

Bob Dollar entra a trabajar en la Global Pork Rind, y es comisionado para encontrar terrenos para la instalación de granjas de cerdos en una zona inhóspita entre Texas y Oklahoma. Bob se hace pasar por promotor inmobiliario -nadie vendería tierras para la cría intensiva de cedos- y se introduce en esa región de la América profunda de grandes praderas semidesérticas, explotaciones ganaderas venidas a menos, campos petrolíferos herrumbrosos descritos con repetición con el ánimo de empatizar al lector. Gentes hoscas, desconfiadas, endurecidas por el aislamiento y la pérdida de actividades anteriores. Pero el protagonista sabe escuchar, y poco a poco descubre personajes con historias tiernas y crueles, seres excéntricos que aman su tierra y se resisten a renunciar a cierta forma de vida; un mundo que Bob pretende llenar de granjas porcinas y que su fracaso aporta una pizca de esperanza a un futuro donde sus habitantes -puritanos, conservadores y religiosos- encuentren un mundo mejor.