ELPAIS.com - Sección Cultura

18 junio 2014

"Diario de un hombre superfluo" de Iván Turguenev

 Iván Turguenev  1818 -1883. 


Escritor estilista de la literatura rusa; sus novelas, poemas y obras teatrales se caracterizan por una elegante ejecución, una gran lucidez y una ideología liberal.
Nació el 9 de noviembre de 1818 en la Rusia central, y estudió en las universidades de San Petersburgo y Berlín. Pudo observar desde su niñez el sufrimiento de la clase trabajadora y los malos tratos a los que estaba sometida. Estos abusos se convirtieron en tema recurrente de sus obras.
Participó en el enfrentamiento ideológico que surgió entre dos grupos de intelectuales, occidentalistas y eslavófilos. Los primeros animaban a los rusos a que se incorporaran a Europa Occidental, con el fin de que pudieran participar de las mejoras en su nivel de vida que ello conllevaría. Los segundos reivindicaban las tradiciones más arraigadas de Rusia y pensaban que debían permanecer a salvo de cualquier influencia externa. Turguénev simpatizaba claramente con los primeros y pasó largos periodos de tiempo fuera de Rusia. A partir de 1871 vivió en París, donde entró en contacto con otros escritores, como George Sand, Gustave Flaubert, Émile Zola y Henry James.
Entre su producción se cuentan numerosas obras de teatro, relatos, novelas y apuntes no narrativos. Publicó gran cantidad de poemas y apuntes en prosa antes de la aparición de su primer libro, Relatos de un cazador (1852), una colección de relatos sobre la vida rural rusa. De las muchas obras teatrales que escribió en los inicios de su carrera, la mejor es probablemente Un mes en el campo (1855), un cortés aunque profundo estudio de la vida de la aristocracia, que continúa representándose en la actualidad. Entre sus novelas propiamente dichas se pueden citar La víspera (1860) y Humo (1867), sendos retratos de jóvenes apasionadas y de sus tempestuosas historias de amor. En la mejor de sus novelas, Padres e hijos (1862), Bazarov, el protagonista de la novela, es un joven revolucionario e idealista, estudiante universitario a pesar de su origen humilde, que lucha por la libertad universal. El autor compartía las ideas de su personaje, aunque opinaba que los cambios han de producirse gradualmente, y no a través de una revolución.
Turguenev vivió siempre enamorado de Pauline Viardot a la que conoció como cantante de ópera en San Petersburgo hila de un tenor español. Pauline va acompañada de su marido, Louis Viardot, letrado y crítico de arte, traductor del Quijote. El escritor ruso se vinculará a través de la amistad (y seguramente del amor) toda su vida a esta pareja y a sus hijos, artistas todos, y de esa relación existe una abundante correspondencia publicada.
Turguénev murió el 3 de septiembre de 1883 en Bougival, cerca de París.

La obra: Diario de un hombre superfluo
El Diario de un hombre superfluo empieza en el lecho once días antes morir. Consciente de su inminente final pero sin patetismo alguno, más bien para no aburrirse, el enfermo se decide a abrir un cuaderno y escribir unas líneas cada día. Lo que al cabo cuenta es un episodio amoroso de características muy comunes: un viaje del protagonista a provincias, el enamoramiento, un tercero que se interpone, el preceptivo duelo...; los elementos indispensables para tejer la pequeña historia de un viejo fracaso: el lance que demuestra su condición de hombre superfluo.
Diario de un hombre superfluo es un texto clave para toda la literatura rusa decimonónica aunque no deja de ser el relato de una frustración y un fracaso. La consideración de texto clave es por lo significativo de las palabras del título, por ese inmenso hallazgo terminológico que para la literatura rusa supuso la acuñación de la expresión: el hombre superfluo.
El ejemplo del hombre superfluo es un aristócrata joven y generoso, que vive de las rentas de unas tierras que nunca visita y que pasa su vida confinado en su habitación, tumbado en su diván, pensando sobre lo que “podría” hacer cuando se levante.
A lo largo los siglos XIX y XX, los hombres superfluos continuaron dominando las novelas rusas y las obras dramáticas de Tolstoi, de Dostoievsky o Chejov