ELPAIS.com - Sección Cultura

22 diciembre 2010

"Los perros negros" de Ian McEwans

Con motivo de sus obras Expiación y Chesil Beach vino este autor a nuestro club de lectura y a nuestra página. Pulsa aquí para saber algo más.


La obra: Los perros negros
 A Jeremy, huérfano desde los ocho años, siempre le han fascinado los padres de sus amigos. En la adolescencia, cuando ellos se rebelaban contra sus padres, él era el buen chico que les acompañaba y satisfacía sus deseos. Ahora, a los cuarenta años, su último amor filial son los padres de su esposa, June y Bernard Tremaine, personas de cierta notoriedad, cuya biografía Jeremy ha decidido escribir. Y así, con la historia de la progresiva reconstrucción de la vida e ideas de los Tremaine, lan McEwan ha escrito una de las novelas clave de nuestra época, un inquietante cuadro bajo cuyos colores se transparenta la «textura» ideológica de nuestro siglo a partir de la Segunda Guerra Mundial.
June y Bernard Tremaine, fervientes militantes del partido comunista, se casaron inmediatamente después de la guerra y en 1946 emprendieron un tardío y largo viaje de bodas que les llevó a Francia, y tras el cual vivieron toda su vida separados, aunque nunca se divorciaron. June en el Languedoc, dedicada a la meditación y a la escritura de libros sobre experiencias místicas; Bernard en Inglaterra, como destacado político de izquierdas. En la familia se menciona a veces, pero de manera oblicua y esquiva, a los «perros negros» (el poeta romano Horacio sugirió que la visión de estos animales era un mal augurio, y Churchill hablaba del perro negro de la depresión), y su historia constituirá el núcleo que iluminará y dará sentido a toda la novela.

Todos pensábamos que “a la tercera va la vencida” pero no fue así, o quizás sí dependiendo que se diga por el éxito o por el mediocre recuerdo que nos dejaron las anteriores.
En este caso ha dejado la misma impresión a la mayoría de los lectores: imprecisión, falta de realidad en sus personajes y una gran dosis de incredulidad en los temas planteados ya que en ningún momento cuenta ni el como ni el por qué llegan sus personajes a una determinada situación y cambio de pensamiento. Plantea superficialmente el enfrentamiento de las ideologías imperantes en la primera mitad del siglo XX, (la división del comunismo por una parte la ortodoxia soviética que justifica la invasión de Hungría y por otra el Eurocomunismo que se aproxima a la participación democrática, entre el mundo místico y el científico) pero no profundiza en ellas ni en los personajes ni en las situaciones mientras tramposea con la truculencia.
Por otra parte, da la impresión que se le quedaba corta la novela y añade al principio personajes, las familias de sus amigos, que poco o nada tienen que ver con el resto de la obra salvo para contar que sentía amor filial por aquellos padres tal como después ocurría con los de su esposa.
Buenas descripciones geográficas en una novela que, impulsada por el marketing, defrauda.

10 diciembre 2010

Asistimos a "La Bohème" el 7/12/2010

De nuevo el teatro Maestranza nos invita a la ópera

Sirvan estas líneas para mostrar nuestro público agradecimiento a la institución y a quienes la regentan con gran acierto, y en especial a su responsable de relaciones Externas.


El club de lectura ASABER disfrutó de la oportunidad de asistir al posible mayor evento de la programación de esta temporada 2010 – 2011: La Bohème de Puccini que se programó para siete días y dos ensayos generales y siendo necesario prolongar un día más ante la demanda  de más representaciones.

 

La Bohème

Argumento

Acto I

En la buhardilla de los bohemios, utilizan los manuscritos del drama que está escribiendo Rodolfo para hacer fuego. Colline, el filósofo, entra en la pieza congelado y molesto por no haber podido echarle la mano a unos libros. Schaunard, el músico, llega con comida, madera, vino y dinero; explica a sus compañeros la fuente de su súbita riqueza. Mientras beben, llega Benoît, el casero, en busca del pago de la renta. Los bohemios le engatusan ofreciéndole vino, y, en medio del efecto del alcohol, les narra sus aventuras amorosas, añadiendo que está también casado, ante lo cual todos reaccionan con una indignación y le echan de la habitación sin pagarle la renta. Deciden que lo mejor es utilizar ese dinero para disfrutar del barrio. Rodolfo no les acompaña porque quiere trabajar. En ese momento alguien llama a la puerta, es Mimí que ha venido a pedir que le ayuden a encender nuevamente su vela. Sale, pero regresa en seguida porque ha olvidado su llave. En ese momento, ambas luces se apagan y en la oscuridad deben buscar la llave. Rodolfo la encuentra y la guarda para que la búsqueda continúe en la oscuridad. Cuando sus manos tropiezan, ambos aprovechan la ocasión para contar la historia de sus vidas: él interpreta "Che gelida manina" - ("que manita más fría") y ella, "Sì, mi chiamano Mimi" ("sí, me llaman Mimí"). Son interrumpidos por las voces de los amigos que han venido a buscar a Rodolfo, y él antes de que entren, les advierte que no está solo y que pronto se reunirá con ellos, aunque prefiere quedarse en casa, pero deciden marchar, juntos, cantando su amor (en el delicioso dúo, "O soave fanciulla" - "¡oh! suave muchacha").

Acto II

En el Quartier Latin. En las calles hay una multitud que se divierte mientras los vendedores vociferan sus productos. Los amigos llegan al Café Momus, y mientras beben y comen aparece Musetta, ex de Marcello, acompañada de un admirador un poco parco, Alcindoro. Ella intenta de varias maneras llamar la atención de Marcello, y lo logra cantando una sensual aria dedicada fingidamente a su nuevo amante ("Quando m'en vò - Cuando voy"). Fingiendo un dolor en un pie, por culpa del zapato que le aprieta demasiado, hace que Alcindoro vaya a buscarle un nuevo par, ocasión que Musetta aprovecha para reunirse con su amado Marcello. Cuando los bohemios deciden pagar la cuenta para marchar, encuentran que Schaunard no tiene suficiente dinero, y siguiendo una sugerencia de Musetta, deciden cargar la cuenta a Alcindoro. Soldados desfilan en la calle, y aprovechando la confusión, Marcello y Colline llevan a Mussetta en brazos y huyen, bajo la risa cómplice de los espectadores. Cuando se han ido todos, Alcindoro llega con el par de zapatos y es sorprendido por el mesonero que le ordena pagar la cuenta.

Acto III

La aduana de Enfer. Aduaneros llegan a la ciudad. Mimí, notablemente enferma, desea hablar con Marcello. Ella le cuenta lo difícil que se ha vuelto la vida con Rodolfo, que ha abandonado la casa la noche anterior (aria: "O buon Marcello, aiuto! - ¡Oh! ¡Marcello, ayuda!"). Marcello le cuenta que Rodolfo está durmiendo en una taberna donde él también vive. Rodolfo, que acaba de despertar y busca a Marcello, entra en escena, y Mimí rápidamente se oculta. Rodolfo cuenta por qué ha dejado a Mimí, primero aduce que Mimí es demasiado coqueta con otros hombres, pero luego confiesa que ella esta muy enferma, y teme por ambos, además, lo consume el remordimiento, pues, por tener a Mimí en las precarias condiciones en las que ambos se encuentran, su enfermedad avanza progresivamente, amenazando con matarla, por este motivo, explica, él decidió fingir no amarla más para que ésta se olvide de él y se vaya a vivir con otro hombre que pueda proporcionarle un modo de vida más confortable (¡Mimí e tanto malata! - ¡Mimí está tan enferma!). Marcello, preocupado por Mimí intenta hacerle callar, pero ella ya lo ha escuchado todo y se descubre a sí misma cuando tose violentamente. Marcello les deja para volver con Musetta, y Mimí dice adiós a Rodolfo (Donde lieta usci - Adonde felíz respondí), pero ambos declaran nuevamente su amor y deciden permanecer juntos hasta que llegue la estación de las flores, la primavera. En la distancia se escucha la discusión entre Musetta y Marcello (cuarteto: "Addio dolce svegliare alla mattina!" - Adiós, dulces despertares por la mañana!).

Acto IV

Nuevamente en la buhardilla. Marcello y Rodolfo trabajan, mientras lamentan la pérdida de sus respectivas amadas (dúo: "¡O Mimì!, ¡Tu più non torni!" - ¡Oh Mimí! ¡No regresarás!). Schaunard y Colline entran con la cena, que consiste de algo de pan y un arenque, y los cuatro parodian un delicioso banquete, cantando y bailando(Gavota!). Musetta entra alarmada, le acompaña una Mimí muy enferma que sufre mucho; todos ayudan a la chica moribunda. Preocupados, Musetta y Marcello salen de la habitación para vender las joyas de ella y así comprar algunas medicinas. En este punto, Colline y Schaunard salen para vender el abrigo del primero, el cual se despide de la prenda (Vecchia zimarra, senti - Viejo abrigo, escucha). Solos, Rodolfo y Mimí, recuerdan sus tiempos felices (dúo: "Sono andati? - ¿se han ido?"). Regresan todos y se postran a los pies de la cama, Musetta reza una plegaria, y Mimí, inadvertidamente, muere. Poco a poco sus compañeros notan lo sucedido, hasta que finalmente, Rodolfo cae en la cuenta y grita desesperado "¡Mimí...! ¡Mimí...!".


Mimí
Ainhoa Arteta


Carmela Remigio*


Rodolfo
Massimo Giordano



Fernando Portari*


Musetta
Beatriz Díaz



Tatiana Lisnic*


Marcelo
Juan Jesús Rodríguez



Claudio Sgura*


Colline
Marco Vinco


Schaunard
Manel Esteve


Benoît y Alcindoro
Matteo Peirone



* 2º reparto


23 noviembre 2010

"El desierto de los tártaros" de Dino Buzzati

La obra: El desierto de los Tártaros
 El autor: Dino Buzzati
(Belluno, 1906 - Milán, 1972) Escritor y poeta italiano que fue uno de los pocos representantes en su país de esa narrativa surrealista o metafísico-existencial que tuvo en Franz Kafka a su máximo exponente. Tras doctorarse en derecho en la Universidad de Milán, inició en 1928 una extensa carrera de periodista en el “Corriere della sera”, diario en el que también desarrolló labores de redactor y enviado especial.
Debutó en el campo de las letras con “Barnabó delle montagne (1933)”, pero fue en su segundo libro, “Il segreto del Bosco Vecchio “(1935), una fantástica presentación de un mundo de gigantes, de animales que hablan y de hechos prodigiosos, donde se hicieron evidentes algunos de los motivos fundamentales de su obra: el gusto por la magia y la alegoría, una inclinación a la fabulación y al romanticismo descriptivo y un clima de leyenda nórdico-gótica.
Su mayor logro fue El desierto de los tártaros (1940). La novela tuvo un gran éxito de público y de crítica y fue traducida a múltiples lenguas. El resto de su obra, ahonda en su tendencia a lo grotesco, en el misterio y la angustia de lo cotidiano o en el absurdo e inexplicable destino humano.


La obra: El desierto de los tártaros.
Con esta obra se consagró como uno de los escritores más reconocido e importante de la época. Es la historia de jóvenes oficiales que consumen toda su existencia en una solitaria fortaleza fronteriza, esperando en vano la invasión de los tártaros, en la que se retrata el ansia, la renuncia y la soledad del hombre, incapaz de escapar a su propio destino.
Los hechos ocurren en la Fortaleza Bastiani a donde llega destinado el joven teniente Giovanni Drogo que, cuando descubre el extraño comportamiento de los compañeros que allí encuentra, desea marcharse lo antes posible. Pero se deja atrapar por el anhelo de la gloria y la monótona rutina aceptando la “irreparable fuga del tiempo”. Todo es un paisaje onírico cada vez más solitario. Un espejismo al que se entrega el protagonista sin ser capaz de huir, de escapar de la rutina y de la mediocridad, a la espera de convertirse en héroe. Pero tampoco el protagonista es un héroe ya que sus motivaciones responden a la rutina, a lo que se ha acomodado. Y esta actitud es la que a veces el lector siente como propia y provoca inquietud, desazón y angustia: ¿cuánto de nuestras vidas se ha fugado con el tiempo? ¿Quién no se siente aludido por las ocasiones perdidas?.... “una decena de años más, y me llega el retiro”, comenta un compañero de la fortaleza. ¡¡Qué triste dedicar la vida anhelando la jubilación!!
El autor nos pone en situación hasta percibir tanto esos paisajes vaporosos como la sensación del tiempo que se escapa mientras nada cambia, el desierto, las montañas o el cielo siempre es el mismo pero los hombres o las estaciones huyen. Quizás todos tenemos una Fortaleza Bastiani.
Los dos últimos párrafos de la novela, sobrecogedores y angustiosos, describen la entereza, coraje y dignidad del protagonista ante la muerte y son suficientes para elogiar la obra
Es una gran novela, triste, melancólica, monótona...pero grande


27 octubre 2010

"Luces de bohemia" de Ramón Mª. del Valle-Inclán

La obra: Luces de bohemia


El autor: Ramón Mª del Valle-Inclán. (1869-1936)
Nacó en Villanueva de Arosa (Pontevedra) y falleció en Santiago de Compostela. En 1895 inició en Madrid sus tareas literarias con cuentos y artículos, publicados en la prensa.
Valle-Inclán representa lo que se ha llamado en literatura «modernismo». Su obra es vasta    y toda ella marcada por un sello inconfundible. Su genial novela Tirano Banderas (1926), que se pone a la cabeza de las narraciones revolucionarias y paisajistas que luego han sido predilectas de los novelistas de Hispanoamérica.
Con todo, el gran legado de Valle-Inclán hubiera podido ser el ciclo, apenas comenzado, El ruedo ibérico (iniciado en 1920), que quiso renovar el género galdosiano de los Episodios nacionales, tratándolo con todo lujo de estilismo.
Pero lo más característico del teatro valleinclanesco es su línea de «esperpentos», piezas de agrio colorido y acción violenta, donde las figuras son caretas grotescas o figurones de un solo trazo, modelo de este estilo son Luces de Bohemia, Martes de carnaval y Los cuernos de don Friolera.
Desde 1924 muestra su oposición a la dictadura de Primo de Rivera, vocifera en los cafés y no duda en hacerse oír. En alguna ocasión fue detenido en la vía pública por quejas al régimen. Los años siguientes están marcados por la alternancia entre períodos de reconocimiento y cargos públicos con otros de penurias económicas. Se divorcia de su esposa y ve rechazada definitivamente su candidatura a la Academia. 
Muere en Santiago el 4 de Enero de 1936
Más datos aquí

La obra: Luces de Bohemia
El esperpento es una forma de ver el mundo, al que deforma y distorsiona para presentarnos la imagen real que se oculta tras ella. Para ello utiliza la parodia, humaniza los objetos y animales y animaliza a los humanos. Esto es lo que hace Valle-Inclán en esta obra que aparece por primera vez en la Revista “España” y con numerosas correcciones en 1924.
La obra cuenta la última noche de la vida de Max Estrella, poeta de vida mísera y ciego, que achaca su fracaso a la situación política y social de la España que le tocó vivir. Pero Luces de Bohemia cobra unas dimensiones que trascienden ampliamente la anécdota del fracaso y la muerte de Max Estrella. Por lo que se va a convertir en una parábola trágica de la imposibilidad de vivir en la España del primer cuarto de siglo XX. Max desciende a los abismos de la injusticia y de las miserias de su personalidad. Y no se sabe si lo que lo mata es el frío, el hambre, el alcohol, su corazón cansado, o si es el dolor de ver a aquella España hundida en la miseria. Luces de Bohemia ejerce una constante crítica de la España de aquella época.
Lo hace con dominio del idioma y vocabulario exquisito, tanto el culto como el de la calle, que usa para retratar de forma grotesca la época: la religión, la corrupción política, la literatura, los bohemios, el hambre, la irresponsabilidad de administraciones y administrados, la vida y el miedo a la muerte, que a veces es deseable antes que la miseria de la vida.
Nadie ni nada se salva de un mundo de pícaros y maleantes y, hasta cuando Max ensalza a los movimientos que agiten conciencia y pide justicia para el pueblo, acepta dinero en nombre y socorro de dos pobres mujeres pero que se gasta con su amigo Don Latino que a la vez engaña a Max.
Nada es una propuesta de solución para el estado de cosas. Más bien es un grito de protesta y denuncia de una sociedad que ha perdido sus valores y que han convertido todo en un mundo digno del epitafio de un borracho.
Visto así, la obra asusta por su actualidad y frescura. Esperemos que todo quede en susto.


30 septiembre 2010

"El loro de Flaubert" de Julian Barnes

El autor: Julian Patrick Barnes
Nació en Leicester, Inglaterra, el 19 de enero de 1946. Tras estudiar en el Instituto Ciudad de Londres y en la Universidad de Oxford  fue lexicógrafo para el diccionario Oxford. Ejerció luego de periodista, colaborando con medios como el New Stateman, el Sunday Times, The Observer y otros, ya fuera como articulista, columnista o crítico de televisión. Es autor de varias novelas, compendios de relatos, libros de ensayo e incluso libros de cocina. También es traductor, habiendo traducido del francés y del alemán a varios autores.
Ha sido galardonado con múltiples premios, entre los que destacan el premio Forster de la Academia Estadounidense de Artes y Letras, el William Shakespeare de la Fundación FvS de Hamburgo, el Médicis francés (fue el primer británico en obtenerlo, siendo además Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia) y ha sido nominado en dos ocasiones al
Premio Booker. Suele considerarse su obra como muestra de posmodernismo literario.
En entrevistas, Barnes ha declarado pertenecer a dos naciones: Inglaterra, que es donde puede desarrollar su mirada más objetiva y Francia, que en su mente se ha erigido como el edificio de sus sueños

La obra: El loro de Flaubert
A juicio de los lectores, la obra no es un ensayo, ni una novela, ni una crítica literaria o una biografía; pero a la vez es algo de todo: El loro de Flaubert es una divagación exhaustiva de la figura de Gustavo Flaubert. El escritor francés es un personaje adecuado para retroceder en el tiempo, para cavilar sobre la vida y la sociedad, y sobre todo para sumergirse en la tarea de ahondar en reflexiones literarias. La narrativa es una constante por donde transcurre la historia y la ficción que se inicia con un médico, el doctor Braithwaite, que viaja hacia un pueblo francés, donde Flaubert vivió la mayor parte de su vida.
Una amena trama en la que se alterna la ficción con hechos reales muy imaginativamente ordenados. Un libro que ha tenido un extraordinario éxito, tanto de crítica como de ventas, y ha recibido numerosos galardones. Esta novela no trata sólo del loro que aparecía en Un corazón sencillo, sino también de ferrocarriles y de osos; de Francia y de Inglaterra; de la vida y del arte; del sexo y de la muerte; de los estudiosos de la obra de Flaubert; de los críticos y de las virtudes del lector aficionado. Y todo ello de la pluma de un narrador apasionado por Flaubert, al que trata con intimidad, y cuya vida y secretos nos son poco a poco desvelados.
Obra llena de citas y frases de rabiosa actualidad que invita a una segunda lectura en profundidad y análisis
Es clave para entender el titulo la lectura de “Un corazón sencillo” de Flaubert. Un maravilloso cuento realista, conciso, ameno, intenso y crudo que nos relata la relación de amor servil, melancolía, mansedumbre, lealtad animal y veneración religiosa. Una joya

18 junio 2010

Libros recomendados

Verano 2010.....Libros recomendados


El cuarteto de Alejandría (Comenzar con Justine) .......de Lawrence Durrell
El Gato ............................................................................de George Simenon
Verano .............................................................................de J. M. Coetzee
Rebelión en la granja ......................................................de Orwell
Ada o el ardor ..................................................................de Nabokov
El crimen del padre Amaro .............................................de Eça de Queiroz
Si el corazón pensara ......................................................de A. Rodriguez Almodovar
El gatopardo ....................................................................de Lampedusa
Temblor del cielo ............................................................de Vicente Huidobro
Hotel Almirante ..............................................................de Marta Rivera de la Cruz
Altazor .............................................................................de Vicente Huidobro
A la caza del viento .........................................................de Claire Goll
Desierto ...........................................................................de J.M. Le Clezio

En honor de José Saramago


José Saramago ha emprendido su último viaje. Se ha marchado, en su balsa de piedra, a vivir con sus libros. Posiblemente allí encontrará respuesta a tantas preguntas que se hizo y que nos invitó a que nos hiciéramos: ¿Que pasaría si.......?.
Nació el 16 de noviembre de 1922 en una aldea de Ribetejo, en el seno de una familia de labradores y artesanos. Aunque en la década de 1940 publicó una primera novela con escasa repercusión, no se dedicó plenamente a la actividad literaria hasta después de la restauración de la democracia en Portugal, en 1974. Durante ese tiempo se dedicó al periodismo y al activismo político —era miembro del Partido Comunista Portugués— para derribar la dictadura de Antonio Salazar. Había terminado en 1939 sus estudios medios y, por dificultades económicas, no pudo proseguir los universitarios. Posteriormente trabajó como traductor, asesor editorial, corrector y periodista y hoy es considerado uno de los novelistas más apreciados en el mundo entero.

Su visión heterodoxa del Mesías cristiano (El evangelio según Jesucristo) levantó una polémica que arreció cuando el gobierno de su país se negó a presentar el libro al Premio Literario Europeo. Herido con aquel gesto, Saramago se instaló en Lanzarote con Pilar del Río, su segunda esposa y nueva traductora. La misma polémica de tintes religiosos se reprodujo en 2009 al hilo de la publicación de una novela considerada hiriente por la jerarquía católica lusa: Caín.
 Saramago, gran admirador de Pessoa, dijo “Yo no escribo para agradar ni tampoco para desagradar. Escribo para desasosegar. Yo no escribo por amor, sino por desasosiego; escribo porque no me gusta el mundo donde estoy viviendo”. 

En 1998 le fue concedido el Premio Nobel de Literatura. La Academia Sueca destacó su capacidad para «volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía»
Hoy falleció a los 87 años en su residencia de la localidad de Tías (Lanzarote).

Fue nuestro compañero de lectura en un año difícil para el Club Asaber y nos ayudó a seguir con reuniones después de leer algunas de sus obras y vencer la dificultad de su lectura tal como el aconsejaba: “Leerlas en voz alta”
La última entrada de su blog nos dejaba esta frase: “Creo que en la sociedad actual nos falta filosofía. Filosofía como espacio, lugar, método de reflexión, que puede no tener un objetivo concreto, como la ciencia, que avanza para satisfacer objetivos. Nos falta reflexión, pensar, necesitamos el trabajo de pensar, y me parece que, sin ideas, no vamos a ninguna parte.”

12 mayo 2010

"Austerlitz" de W.G. Sebald

El autor:W.G. Sebald. (Winfried Georg Maximilian Sebald )
 Escritor y profesor alemán, nació el 18 de mayo de 1944 y falleció el 14 de diciembre del año 2001 cuando tenía cincuenta y siete años, en un accidente automovilístico.
Después de terminar sus estudios universitarios se marchó a vivir a Suiza durante un corto espacio de tiempo, para fijar su residencia en Inglaterra, en donde fue profesor en Norwich, en la región de East Anglia, al Este de Inglaterra. 
Escritor de vocación tardía, pues no publicó su primera novela hasta después de cumplir los cuarenta y tres años; una de las primeras salió con el título de “Los emigrantes”, que fue traducida a varios idiomas. Su última novela, “Austerlitz”, ha recibido crítica muy favorable.
Otras obras: “Vértigo”,  “Del natural”, “Los anillos de Saturno”, y “Campo Santo” (Obra narrativa y ensayo publicada después de su muerte).
W. G. Sebald vio frustrada su carrera literaria al fallecer, cuando se encontraba en plena madurez creativa.


La obra:.
La narración de Austerlitz se hace partiendo de lugares geográficos concretos para lo que se añaden fotografías de lugares, copias de billetes de tren o entradas de cine. Todo tiene la apariencia de un cuaderno de viaje donde el narrador anónimo va repartiendo al lector una gran cantidad de documentos y citas de lugares con descripciones exhaustivas, A la vez, introduce a un personaje que cuenta al narrador su desgraciada vida que atraviesa episodios dolorosos de la reciente historia europea.
Así pues, asistimos a una novela con narrador sin identidad y un personaje que se va introduciendo como anécdota en la novela, también sin identidad, o cuya identidad es la memoria de él mismo. Todo induce a la soledad, a la melancolía, a la reflexión sobre el individuo, sobre el paso del tiempo y sobre la memoria que se deja en la narración del tiempo, del olvido y de la vida de otros. Somos lo que podemos contar a nosotros mismos.
En conjunto, la novela no ha gustado, ni su forma ni su tiempo. Es quizás una nueva corriente de escritores que han optado por este tipo de narrativa y que a algunos lectores les ha cansado y aburrido, a otros simplemente no les ha conmovido y también hay a quien les ha llegado y disfrutado de la obra: opinión diversa que parece confirmar la variedad de lectores que compartimos reunión.
  
Sevilla 12/05/2010

28 abril 2010

Día Internacional del Libro 2010

Día Internacional del Libro
La Biblioteca Provincial Infanta Elena de Sevilla celebró ayer 27 de Abril el Día Internacional del Libro 2010 con la presencia de numerosas personalidades del mundo de la cultura y las letras.
El acto comenzó con la lectura de un manifiesto a favor de la lectura elaborado por Jesús García Sánchez que leyó el Delegado Provincial Cultura.
A continuación la poetisa alicantina Francisca Aguirre hizo una amena, conmovedora y emocionante semblanza del poeta granadino Luís Rosales, autor del año 2010. La escritora nos acercó el personaje literario a la vez que el hombre sonriente y ameno que fue. Y lo hizo al modo y manera que el escritor hacía con los autores clásicos y de su época: “como si fueran de la familia”. Claro está que la autora sí era de la familia del escritor ya que compartía tertulias y vida con él y, como ella dice, se hizo rica gracias a él. No en riquezas materiales y mundanas sino en las del conocimiento y sentimiento.
Nuestro club de lectura fue invitado a participar en el acto con su presencia y a la lectura continuada de poemas que realizaron numerosas personalidades de la cultura y de la sociedad de Sevilla.
Para esta lectura se ofreció, en nombre de todos, nuestra compañera Blanca Cuevas que nos deleitó con un poema que a continuación transcribo.

¡ PARA TODA LA VIDA NO!
He caído tantas veces que el aire es mi maestro;
sólo puede acabarse lo que al vivir se olvida,
si nuestro amor fue siempre como una despedida,
cuando todo termine quedará lo mas nuestro.

Ya he empezado a morir para aprender a verte
con los ojos cerrados, y pienso que es mejor,
para toda la vida no basta un solo amor,
tal vez el nuestro sea para toda la muerte.

Gracias Blanca por representarnos tan bien.

14 abril 2010

"Metafísica de los tubos" de Amèlie Nothomb

La autora
Amélie Nothomb (Kōbe, Japón; 13 de agosto de 1967) es una escritora belga de lengua francesa. Desde 1992, ha publicado una novela cada año.
Amélie ha vivido en muchos sitios, encuentra el horror de la guerra y la pobreza, se refugia en el mundo dorado de la infancia, junto a su hermana mayor, de la que permanece muy próxima. A los diecisiete años descubre Europa y más precisamente Bruselas, ciudad en la que se siente extraña y extranjera. Estudia filología románica en la Universidad Libre de Bruselas, pero su apellido evoca en Bélgica a una familia de la alta burguesía católica y a un bisabuelo de extrema derecha, lo que no favorece su integración en una universidad de tendencias liberal-socialistas (sobre ello escribió una novela semi-biográfica, Antichrista). Una vez licenciada, regresa a Tokio y entra a trabajar en una gran empresa japonesa. Posteriormente relató esta experiencia penosa en su novela Estupor y temblores (Stupeur et tremblements), Gran Premio de Novela de la Academia Francesa en 1999, y fue llevada al cine por Alain Corneau en 2003.
Regresa a Bélgica y publica Higiene del asesino (Hygiène de l'assassin) en 1992. Es el comienzo de un éxito fulgurante, este libro fue redactado después de una trágica visión de la muerte de su hermano a manos de un borracho. En adelante, la autora puede vivir de la literatura, su pasión. Se dedica a esa actividad al menos cuatro horas diarias, y afirma escribir tres novelas al año, de las que sólo publica una.
De su estilo se ha opinado que es valioso y pedante pero a la vez cómico y con mucho carácter, propio de una mujer que ha tenido que hacerse a sí misma; nadie niega la vivacidad de sus relatos, la precisión del vocabulario, la originalidad de los temas y una mordacidad constante. Maneja magistralmente el arte de lo absurdo.

La obra.


Metafísica De Los Tubos, De Amèlie Nothomb
2001-Ed. Anagrama 144 pp.
Novela autobiográfica en que Nothomb relata sus tres primeros años. Según explica en una parte del relato, los japoneses tratan a sus bebés como pequeños dioses más o menos hasta los tres años. Después de llegar a los dos años y medio en estado de tubo, la pequeña Amèlie despierta al mundo por obra y gracia de un "milagro" propiciado por su abuela que le descubre el sentido de la vida, el placer.
Desde ese momento comienza a observarlo todo con mirada prudente, irónica, midiendo cada paso que da (oculta a su familia que sabe hablar y les regala sus primeras palabras en etapas fríamente meditadas), meditando sobre la vida y la muerte, el mar, aprende a leer sola...
También a esa edad decide ser japonesa, mostrando el profundo amor que siente hacia un país que no es el suyo. En parte parece ser por la adoración que le muestra su aya: Nishio-san que le da la comida de su plato, la adora: y entre unos padres que la trataban igual que a los demás y una aya que la divinizaba no había duda. Sería japonesa. Aunque puede hablar en los dos idiomas y para ella no hay diferencias entre ellos, decide lanzarse a hablar en japonés, comunicándose así con su adorada Nishio-san (y con sus fieles), gracias a la cual descubre algunos de los grandes temas de la vida, como la pérdida, en contraposición con Kashima-san, una japonesa aristocrática y amargada que culpa a los occidentales de todo lo que ha sido malo en su vida.
Parece difícil, pero en unos meses de su vida, Amèlie aprende mucho de lo que necesita para desenvolverse en la vida, y lo expresa con ingenio y, a ratos, sorprendente.
La obra ha dejado entre los lectores división de opiniones: quienes la han leído con mayor sentimiento de estar ante un tratado de esa rama de la Filosofía que es la Metafísica, como estudio del Ser en cuanto tal y de sus propiedades, causas y principios, han encontrado una gran obra. Los que buscaron narrativa que provoca emoción y entretenimiento quedaron desencantados.
Posiblemente una obra para hacer segunda lectura

A continuación transcribo palabras, a proposito de la obra, encontradas en un blog:
“Un día me vi igual que una esponja, absorbiendo todo y afectada por todo a la vez. Y me planteé... puestos a elegir... ¿por qué no ser un tubo? un tubo flexible por el que todo fluya, por el que todo resbale... Pocas cosas son tan perfectas como un tubo... Si logras que lo malo no te afecte es como si no existiera... ¿no ? ... Y ... ¿Si todos decidiéramos ser tubos no sería todo más sencillo?

18 marzo 2010

Comentario a "Pedro Páramo" de Juan Rulfo


El autor: Juan Rulfo

En 1934 se trasladó a Ciudad de México, donde trabajó como


agente de inmigración en la Secretaría de la Gobernación. A partir de 1938 empezó a viajar por algunas regiones del país en comisiones de servicio y publicó sus cuentos más relevantes en revistas literarias.(Sayula, México, 1918 - Ciudad de México, 1986) Escritor mexicano. Juan Rulfo creció en el pequeño pueblo de San Gabriel, villa rural dominada por la superstición y el culto a los muertos, y sufrió allí las duras consecuencias de las luchas cristeras en su familia más cercana (su padre fue asesinado). Esos primeros años de su vida habrían de conformar en parte el universo desolado que Juan Rulfo recreó en su breve pero brillante obra.
En los diecisiete cuentos que integran El llano en llamas (1953), Juan Rulfo ofreció una primera sublimación literaria, a través de una prosa sucinta y expresiva, de la realidad de los campesinos de su tierra, en relatos que trascendían la pura anécdota social.
En su obra más conocida, Pedro Páramo (1955), Rulfo dio una forma más perfeccionada a dicho mecanismo de interiorización de la realidad de su país, en un universo donde cohabitan lo misterioso y lo real, y obtuvo la que se considera una de las mejores obras de la literatura iberoamericana contemporánea.

La obra: Pedro Páramo
Juan Preciado llega al pueblo de Comala en busca de su padre, el cacique Pedro Páramo, para cumplir con el deseo de su madre. Muy pronto, descubre que el sitio responde a otro espacio; "al cruzar una bocacalle vi una señora envuelta en su rebozo que desapareció como si no existiera" y que si está rodeado de espectro es porque él también está en el tránsito de  pertenecer a ese mundo. Él no conoce a nadie pero todos le reconocen y esperan. Cuando Juan Preciado "muere" y se convierte en otro habitante sin cuerpo, la novela rompe su última atadura con el mundo exterior: Comala es ya un espacio separado de su entorno, sin nadie y superpoblado; lejos, muy lejos, quedan Los Confines.
Los fantasmas de Comala son muy pobres, como el campo en que se mueven, muy católicos, en su humildad tratan tan sólo de que los ayuden con alguna oración a encontrar el descanso eterno y resignados de antemano a que no les den ni siquiera eso. Son muertos a medias, carecen de otro recurso que la queja, los rezos y murmullos con los que buscan salir de ese dañino estado, guardar silencio, morir al fin. Todos ellos vagabundean con gentes que murieron sin perdón, almas solitarias que se han ido de la vida sin alcanzar la muerte. En Pedro Páramo la muerte es la continuidad, gente humilde y resignada, religiosa y de fe, buena pero sin perdón por el totalitarismo de la religión y que sienten que no hay fin a este estado porque "Están nuestros pecados de por medio". No hay el menor sentido de la justicia. Lo único que podría salvarlos sería que un vivo rezara por ellos. La religión sirve de poco para paliar las culpas y nadie puede ser expulsado de ese infierno.
La muerte es deseada, consecuencia del hastío y la impotencia en la vida. Dorotea describe su muerte hablando de su alma no perdonada por sus pecados, le han cerrado las puertas del cielo y solo queda abierta la del infierno: “........Cuando me senté a morir, ella rogó que me levantara y que siguiera arrastrando la vida, como si esperara todavía algún milagro que me limpiara de culpas. Ni siquiera hice el intento: . Y abrí la boca para que se fuera. Y se fue. Sentí cuando cayó en mis manos el hilito de sangre con que estaba amarrada a mi corazón.”
Pedro Páramo no pretende ser una novela histórica; sin embargo, los alrededores de Comala, en los Confines la Historia sigue su camino y alcanza a Comala como el eco de lo externo donde los acontecimientos son posibles. La Revolución Mexicana y la Guerra Cristera  son los acontecimientos externos de la trama. Pedro Páramo apoya causas contradictorias que contribuyen a su fortuna personal y se aprovecha de todas ellas; no hay otro poder que el del patriarca: "todos somos hijos de Pedro Páramo". A medida que el cacique se apodera de más tierras y más mujeres, la región se transforma en un yermo.
Dos tragedias lo hacen vulnerable, la muerte de su hijo Miguel y la pérdida de la única mujer que amó. Susana San Juan es el reverso de los demás personajes del libro y derrota a Pedro Páramo. Susana representa un horizonte inaccesible, la negación del desierto, una mente indómita, todo lo que no es Comala. Siempre ausente, húmeda, lejana, es la vida que debe estar en otra parte.
Tomada, Susana enloquece y se sobrepone a la opresiva realidad de Comala desentendiéndose de ella. En su descalabro arrastra a Pedro Páramo. Ante la pérdida amorosa, el cacique se abandona. Se cruza de brazos y el pueblo se hunde con Pedro Páramo, desmoronado "como un montón de piedras".

Sevilla 17/03/2010

17 marzo 2010

Asistimos a "Turandot" el 17/03/2010


Asistimos a la Opera Turandot.
El pasado día 17 de Marzo tuvimos la dicha de ser invitados por el Teatro Maestranza al ensayo general de la Ópera Turandot lo que nos hizo reunirnos con uno de los mayores acontecimientos operísticos internacionales y de este año en la programación Sevillana.
Todo fue intenso y emotivo. La historia y lo que detrás de ella hubo también es emocionante.
Puccini murió al final de 1924 y la obra no se acabó hasta los primeros meses de 1925 y dejó escrito que moría con la pena de no terminar su obra. ¿Quien la terminó entonces?...pues su alumno predilecto Franco Alfano, del que hace poco disfrutamos de su “Cyrano de Bergerac”.
La historia de Turandot es muy antigua y transmitida por transmisión oral y plasmada en las "Mil y una noche" y desde entonces contada de mil maneras hasta que llegó a Puccini que quiso ponerle música y adaptarla para una ópera despojada de mucho ornamento y cargando en ella mucho dramatismo, y en ese dramatismo está la clave del por qué Puccini puso tanto interés en la historia de la princesa de hielo (él la llamó "viperina").
Resulta que años antes una joven fue acusada de ser amante de Puccini (por la esposa de este, claro), cosa que en aquella época llevaría aparejado el descrédito y ruina del músico y la cárcel para la amante; y antes de hacerle sufrir vergüenza alguna se suicidó. En fin, que esa tragedia la llevó el músico un montón de años y sabiéndose enfermo dijo " ya es hora de inmortalizar a mi amada".

La obra
Obra de una impresionante potencia y modernidad orquestal nada rara en el brillante creador de "Tosca", de "Bohème" o de "Fanciulla" con un canto despojado de ornamentos y cargado con una intensa expresión dramática, "Turandot" supuso también el último gran esfuerzo de un genio, fumador compulsivo, que moría el 24 de noviembre de 1924.
El 25 de abril de 1926, "Turandot", sube a escena en el Teatro alla Scala de Milán con el final previsto por Alfano. Pero, al llegar a la escena de la muerte de Liú, la última que concluyó enteramente Puccini, Toscanini detuvo a la orquesta, se volvió al público y proclamó: "Hasta aquí escribió la mano del maestro...".


ACTO I
La princesa Turandot expone enigmas
Explanada ante las murallas que rodean la Ciudad Impe­rial, en Pekín. Atardece. Un mandarín lee ante el pueblo un decreto donde se ordena que, cuando salga la luna, el príncipe de Persia sea ejecutado y recuerda que, según la ley, quien quiera casarse con la princesa Turandot debe resolver los tres enigmas que ella proponga. El fracaso su­pone la muerte. En el enardecido tumulto de la masa, una muchacha pide auxilio, ya que el anciano al que acompaña ha sido derribado. Un joven, el príncipe Calaf, los socorre y, con gran sorpresa, reconoce en el anciano a su pro­pio padre, el destronado rey tártaro Timur, a quien creía muerto. Ambos hombres se reencuentran con enorme alegría y Timur explica a su hijo cómo la esclava Liü lo ha cuidado en su penoso exilio. El príncipe, conmovido, pregunta a la muchacha la razón de sus sacrificios y ésta se la revela: un día, en el palacio, él le había sonreído. Mien­tras, la multitud llama al verdugo y celebra la llegada de la noche. Las aclamaciones que levanta la presencia del verdugo y sus ayudantes se unen a los cánticos del cortejo que acompaña al príncipe de Persia al lugar en que será decapitado. Al ver la juventud y la dignidad de la víctima, el pueblo muda su furor en piedad y solicita el perdón. También Calaf suma su voz a las de todos. Turandot se asoma unos momentos desde una galería elevada del pala­cio y confirma la sentencia. Calaf, enajenado por la visión de la princesa, pretende golpear el gong que, a los pies de la galería palatina, la llama. Tres ministros del emperador -Ping, Pong y Pang- intentan templar su suicida arrojo. Ni los esfuerzos burlones de los ministros ni las súplicas de Timur y Liü surten efecto. Los fantasmas de los que murieron en el desafío animan a Calaf y éste, enloquecido de deseo y celos, consigue llegar hasta el gong y golpearlo, dispuesto a arriesgar su vida por Turandot.

ACTO II
Cuadro primero
Calaf Nessun dorma
Interior de un pabellón, formado por una amplia tienda. Los ministros especulan sobre la suerte que correrá el nuevo pretendiente. Se lame tan con melancolía del ritual de muerte que domina el imperio, ce versan sobre la vida más serena que podrían llevar en sus respectivas mansiones alejadas de la corte y recuerdan con espanto algunos de que perecieron por la crueldad de la princesa, cuya dureza de corazón les hace desear ardientemente el día en que, al conocer el amor, se enternezca. La agitación del palacio los saca de sus cavilaciones y se dirige desanimados, a presenciar una vez más la ceremonia de los enigmas
Cuadro segundo
Explanada del palacio. El pueblo, los dignatarios y los sabios que cus­todian los rollos donde están escritas las soluciones a los enigmas se congregan en torno al emperador que, desde su trono, ruega al jo­ven que desista de su pretensión. Calaf insiste en afrontar la prueba. Turandot recuerda a todos su decisión de no entregarse a ningún hombre y evoca con terror a una antepasada que fue ultrajada por un invasor y a la que ha decidido vengar. Tras ello, plantea los enigmas a Calaf, que, en un apasionado esfuerzo, consigue resolverlos. El pueblo lo vitorea, pero la princesa, angustiada, pide a su padre - dispuesto a cumplir la ley- que no la entregue al vencedor. Turandot muestra su desprecio al príncipe, quien declara que sólo la quiere rendida por su propia voluntad, por amor, y le propone un trato: si ella consigue des­cubrir su nombre antes del alba, él aceptará considerar nula la prueba y ser ejecutado. El pueblo prorrumpe en alabanzas al emperador y a la nobleza del que tan generosamente se comporta.

ACTO III
Cuadro primero.
Jardín del palacio. A la derecha, el ala de las estancias de Turandot. Noche. El príncipe oye las voces de los heraldos que difunden la orden de la princesa: nadie debe dormir en Pekín hasta que el nombre del extranjero sea descubierto. También las del pueblo, que teme morir sin remisión. Ping, Pong y Pang encabezan un grupo que viene a ofrecer a Calaf mujeres y ri­queza a cambio de que huya, pero el joven se niega. Cuando la violencia de los que lo rodean va a estallar contra él, llegan unos esbirros que han capturado a Timur y Liü, inmediata­mente identificados como acompañantes del príncipe. Ante Turandot, Liü dice ser la única que sabe el nombre deseado. Turandot ordena que se la torture y, asombrada por la resis­tencia de la esclava, le pregunta la procedencia de su fuerza. Liü le revela su amor por el príncipe, grande hasta el punto de inmolarse por su felicidad: arrebata el puñal de un soldado y se quita la vida. La multitud, llena de supersticioso temor, se lle­va su cuerpo. Timur lo acompaña, arrebatado por el dolor. La princesa y Calaf se quedan a solas. El príncipe, enfurecido por la frialdad de Turandot, vence su altiva resistencia, la despoja de su velo y la besa. El contacto del joven quiebra la acerada compostura de la princesa, que llora por primera vez y le rue­ga que no pretenda un triunfo mayor del que ya ha consegui­do. El príncipe pone en sus manos su destino y le descubre su nombre. Turandot, llena de nueva confianza, se dirige, junto a Calaf, a la cita con el emperador.
Cuadro segundo
Explanada frente al palacio imperial. Amanece. El emperador, la corte y el pueblo aguardan el desenlace del desafío. Turan­dot ya conoce el nombre secreto y así lo manifiesta: «¡Su nom­bre es... Amor!». Los amantes se abrazan apasionadamente y el pueblo aclama su dicha con gritos de celebración.