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17 junio 2009

"Un millón de luces" de Clara Sánchez

El autor y su obra: Clara Sánchez
Clara Sánchez nació en Guadalajara en 1955. En la actualidad reside en Madrid, donde estudió la carrera de Filología Hispánica y donde durante varios años enseñó en la universidad.
Colabora habitualmente en El País. Y durante unos cinco años lo hizo en el programa de cine de TVE "Qué grande es el cine".

Sus novelas:
Presentimientos (2008). Alfaguara.
Un millón de luces (2004). Alfaguara.
Últimas noticias del paraíso (2000). Alfaguara.
El misterio de todos los días (1999). Alfaguara.
Desde el mirador (1996). Alfaguara.
El palacio varado (1993). Editorial Debate.
No es distinta la noche (1990). Editorial Debate.
Piedras preciosas (1989). Editorial Debate.

La obra: Un millón de luces
La autora hace un recorrido por el mundo del trabajo pero solo por sus personas, del resto se desentiende, es un mundo desconocido para el lector ya que en ningún momento entra a discernir entre lo ilícito o lo ilegal de las actividades empresariales, a pesar de la dedicatoria que hace a modo de introducción.
Asiste como una observadora que relata, como viendo por el ojo de una cerradura, al teatro de vanidades de una empresa llena de trepas, búhos, cuervos carroñeros...y sobre todo buitres y ratas. Nadie se salva de esta fauna, o quizás pretende salvarse ella aunque sin conseguirlo. Nada transmite de los sentimientos humanos ni del mundo de la empresa, que evidentemente desconoce.
La novela está llena de juicios de valor sobre las personas y hechos que intuye que pudieran haber sido pero que no son.
Un autentico cotilleo y murmuración, escrito en formato de extenso telegrama, sobre las personas que pasan la vida medrando por la vida, la empresa, el sexo o el amor.
Eso sí, todo ello contado (que no escrito) con ironía. Con mucha ironía. Que eso es lo que queda, sólo eso.

1 comentario:

Paca dijo...

Son un millón de luces las que quieren hacernos mirar hacia las ventanas de esa torre en la que yo no he conseguido entrar. Una torre sencilla, irónica y vacía, carente por completo de sentimientos, acabas sin saber nada de la torre, ni de las personas que trabajan en ella, solo simples chismes y comentarios vacíos. Son sencillos personajes descritos por entregas, donde casi siempre las apariencias engañan. La autora cree ser Todopoderosa o poseedora de una bola de cristal, donde todo lo ve y todo lo sabe, sufridora de mil presentimientos. Probablemente no era en la Torre y en el mundo de los negocios donde ella y yo teníamos que encontrarnos, seguiré probando.