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27 noviembre 2008

Comentarios a "Trenes rigurosamente vigilados"


El autor, la obra y sus personajes
Aquí está Hrabal. Con esa mirada pícara que parece perderse en el horizonte, el escaso pelo blanco peinado hacia adelante. La fotografía, que debe corresponder a los últimos años de su vida, no sorprende. Si uno hubiese tenido que pintar a los protagonistas de muchas de sus obras lo habría hecho así. A Bohumil Hrabal le tenemos que agradecer, entre otras cosas, que pusiera a los verdaderos héroes de nuestro tiempo en su sitio: las tabernas, los talleres, los almacenes......
Los personajes de Hrabal son seres sencillos pero también 'malditos', y es que como el autor dirá en alguna ocasión, "hay que provocar y ser inocente a la vez". En este sentido, la identificación entre vida y obra es total. Hrabal vivió siempre como sus personajes.
Bohumil Hrabal nació en 1914 en Brno, estudió derecho en Praga, carrera que tuvo que interrumpir por la ocupación alemana y que concluyó finalmente en 1946. Tras la Segunda Guerra Mundial desempeñará los más variados oficios, desde prensador de papel hasta ferroviario, pasando por tramoyista y trabajador de los altos hornos, ocupaciones que se verán reflejadas en sus obras (“Trenes rigurosamente vigilados”, “Una soledad demasiado ruidosa”).
Los primeros éxitos llegaron en la primera mitad de los sesenta, con “Los palabristas”, obra en la que ya aparecen el humor absurdo y las anécdotas de taberna tan habituales después.
El 2 de febrero de 1997 falleció al caer por una ventana de la clínica donde recibía tratamiento. Como relata Monika Zgustová en el prólogo de “Trenes....” “antes de partir hacia lo desconocido se vistió solemnemente con sus viejos pantalones tejanos, que tanto apreciaba”.


La obra
Obra breve y tierna en la que el autor relata en primera persona las peripecias de un joven ferroviario.
Milos Hrma es un joven aprendiz de ferroviario. Se reincorpora al trabajo tras una tentativa de suicidio, por sus problemas de eyaculación precoz. Encuentra la estación hecha un avispero: la hazaña del factor Hubicka, quien ha colocado todos los sellos de la estación en el trasero de una telegrafista, corre de boca en boca; algunos le critican pero todos le envidian.
Los ferroviarios tienen que atender especialmente los trenes rigurosamente vigilados, transportes de tropas en un sentido, y de muertos y heridos en el otro.
Según transcurre el relato de Milos, vamos descubriendo a los demás personajes y sus rasgos más notables. Todos tienen alguno más favorecedor o incluso realmente bello: no sólo el protagonista sencillo y vulnerable, o el factor conquistador, sino también otros, a priori antipáticos, como el gruñón jefe de estación, quien ve esfumarse sus sueños de ascenso al encontrarse con los inspectores vestido con un uniforme roto y lleno de mierda de paloma.
Hrabal consigue destacar ante el lector la humanidad de todos los personajes. “Trenes rigurosamente vigilados” es una novela llena de gente sencilla, de realidades, de vida con toda su crueldad y felicidad. Esos personajes tienen, sin embargo sus razones para actuar, reconocemos nuestras debilidades en las suyas, no son héroes...aunque lleguen a serlo, cometen pecados normales y perdonables.....los que cometeríamos todos si nos encontráramos en la misma situación y son ellos los que visten a la tragedia de la guerra de humor y sensibilidad. Es una novela relatada con palabras sonrientes, divertidas y traviesas....una suerte leerla.

Sevilla 26/11/2008

3 comentarios:

Paca dijo...

Hrabal antes de escritor fue hombre, quizá por eso empezó a escribir con cincuenta años, cuando ya había vivido para saber de la vida y quizás decidió morir cuando ya lo había contado todo. Puede que no haya más, la vida es solo lo que él contó, la vida es real no es “Flower Power”, sus personajes al igual que él y nosotros no son de papel… somos humanos. Y como humanos, pecamos, somos defectuosos, la sangre es fea y el excremento de paloma mancha y huele. Para mi, la novela es genial dentro de una tremenda sencillez, no le hacen falta más páginas ni adornos, breve e inmensa, contada con cierto romanticismo, deliciosa, delicadamente cálida. Unas páginas distraídas, llenas de matices, tan completamente realista que nos vemos reflejados nosotros mismos. Todo ello para hacernos ver que las guerras son estúpidas, que el enemigo es igual que tú, no importa el bando, todos llevamos un alma dentro y acabamos desangrados en la nieve. Una novela maravillosa que esconde mucho en los rincones, ver la película ha sido un acierto, ponerle cara y gestos a todos vale la pena. Tiene una sutil carga sensual, sin molestar a quién prefiera no mirar, educadamente pícara, divertida. Un tesoro de novela, un personaje bonachón al que querer y un autor al que frecuentar. Bohumil Hrabal ha sido una nueva sorpresa en mi vida, un regalo

Anónimo dijo...

Entrañable historia sobre la resistencia frente a los alemanes,durante la segunda guerra mundial.Relata las vidas de los empleados de un pequeño pueblo checoslovaco,Entre ellos está Milos.Su forma de entender la hombria lo lleva a revelarse ante el invasor ariesgando su vida.

Anónimo dijo...

Los personajes son seres humanos tan normales, con sus preocupaciones, sus complejos, sus inseguridades, que nos hacen recapacitar sobre las miserias de la vida y las circunstancias.
El aburrimiento que sienten esos empleados del ferrocarril, tantas horas de espera, que para cumplir con su trabajo tienen que pasar en una estación, les hace tener fantasías.
La novela tiene momentos jocosos como cuando Milos quiere perder su virginidad con una mujer mayor, porque con su chica según él no ha podido, esto lo lleva a una depresión que llega a cortarse las venas. Hubicka pasa su tiempo poniéndole sellos a su compañera en el pompi y el jefe como no aguanta a su mujer se distrae con las palomas.
La metáfora que yo creo entender es que todos somos iguales aunque pertenezcamos a diferentes ejércitos, estos personajes a pesar de su apatía, no podían permitir que tantos horrores pasaran por aquellas vias. Y los lleva al convencimiento de que con aquel atentado podían cambiar algo y al final lo consiguen, aunque les cueste la vida .
Según transcurre el relato de Milos, vamos descubriendo a los demás personajes y sus rasgos más notables. Todos tienen algo favorecedor o incluso realmente bello.