"Pastoral americana" de Philip Roth
El autor: Una reseña del autor y su obra vino a estas páginas con motivo de "La Mancha humana". Ver aquí
La obra.
De nuevo Philip Roth nos lleva, de la mano de su alter ego Nathan Zuckerman, a los entresijos de la sociedad americana, las debilidades humanas en un relato intenso, apasionado y profundo, magníficamente trazado, con extraordinario manejo del tiempo y ritmo que nos lleva de menos a más, gran conocimiento de la sociedad norteamericana y del mundo, especialmente en los años que van desde el asesinato de Kennedy al Watergate. Con Roth todo es literatura: desde la fabricación de guantes a la cría de ganado vacuno o de los usos sociales a los acontecimientos deportivos.
“Pastoral americana” (Premio Pulitzer) fue publicada en 1997 y es un relato riguroso de la realidad de los años 60 y sus grandes cambios. La novela parte del deseo de prolongar en el tiempo el “sueño americano” de ese “American way of life” que quiere universalizar la forma de entender la vida, la democracia, la sociedad de consumo y la economía de mercado.
La obra nos narra la historia de Seymour Levov, el “Sueco” Levov, atleta, guapo, inteligente, rico, rubio y triunfador. Hijo y nieto de hombres hechos a sí mismos, que prosperaron en la creencia de que todos los ciudadanos sienten que pueden alcanzar una vida mejor, mas ricos y mas feliz. El Sueco Levov se aproxima (quiere, imita y lo intenta) al ideal norteamericano “WASP” (Blanco anglosajón y protestante) (el es Judío) dominante en una sociedad multitud de razas, culturas y religiones. Está casado con una bella ex Miss, Dawn, y tiene una hija, Merry. Nada les falta, ni siquiera el vivir en una granja, rodeados de prados y vacas. Todo es bello y bucólico, digno de una Pastoral a ojos del narrador Zuckerman hasta que averigua que tras esa fachada, jamás descompuesta, se encuentra un drama intenso causado por Merry, de ideas radicales y activista terrorista, que ha causado varias víctimas mortales.
A partir de este momento todo se cuestiona: educación, cultura, religión, ideas o tendencias sociales y políticas. El narrador nos lleva con lentitud, a través de testimonios indirectos, al pleno conocimiento de la conciencia, sentimientos, dudas y relaciones del protagonista, su familia y acontecimientos de la época. Los personajes son tratados con mimo, comprensión y ternura. No hay responsabilidades ni causas a los efectos de los comportamientos de la hija, la esposa, familiares o el propio Sueco Levov. Solamente en el dialogo con su hermano Jerry, cuando acude en busca de consuelo, se intuye el reproche de un comportamiento hipócrita al mantener la compostura, las maneras, hasta cuando cualquiera se hubiese comportado de manera más práctica que esos irreprochables modos.
La destreza para mezclar la historia personal y la historia política y social de los 60 es tan magistral como la manera de llevarnos a ellas.
Una historia apasionante, admirable y un nuevo regalo de Roth al lector.
De nuevo Philip Roth nos lleva, de la mano de su alter ego Nathan Zuckerman, a los entresijos de la sociedad americana, las debilidades humanas en un relato intenso, apasionado y profundo, magníficamente trazado, con extraordinario manejo del tiempo y ritmo que nos lleva de menos a más, gran conocimiento de la sociedad norteamericana y del mundo, especialmente en los años que van desde el asesinato de Kennedy al Watergate. Con Roth todo es literatura: desde la fabricación de guantes a la cría de ganado vacuno o de los usos sociales a los acontecimientos deportivos.
“Pastoral americana” (Premio Pulitzer) fue publicada en 1997 y es un relato riguroso de la realidad de los años 60 y sus grandes cambios. La novela parte del deseo de prolongar en el tiempo el “sueño americano” de ese “American way of life” que quiere universalizar la forma de entender la vida, la democracia, la sociedad de consumo y la economía de mercado.
La obra nos narra la historia de Seymour Levov, el “Sueco” Levov, atleta, guapo, inteligente, rico, rubio y triunfador. Hijo y nieto de hombres hechos a sí mismos, que prosperaron en la creencia de que todos los ciudadanos sienten que pueden alcanzar una vida mejor, mas ricos y mas feliz. El Sueco Levov se aproxima (quiere, imita y lo intenta) al ideal norteamericano “WASP” (Blanco anglosajón y protestante) (el es Judío) dominante en una sociedad multitud de razas, culturas y religiones. Está casado con una bella ex Miss, Dawn, y tiene una hija, Merry. Nada les falta, ni siquiera el vivir en una granja, rodeados de prados y vacas. Todo es bello y bucólico, digno de una Pastoral a ojos del narrador Zuckerman hasta que averigua que tras esa fachada, jamás descompuesta, se encuentra un drama intenso causado por Merry, de ideas radicales y activista terrorista, que ha causado varias víctimas mortales.
A partir de este momento todo se cuestiona: educación, cultura, religión, ideas o tendencias sociales y políticas. El narrador nos lleva con lentitud, a través de testimonios indirectos, al pleno conocimiento de la conciencia, sentimientos, dudas y relaciones del protagonista, su familia y acontecimientos de la época. Los personajes son tratados con mimo, comprensión y ternura. No hay responsabilidades ni causas a los efectos de los comportamientos de la hija, la esposa, familiares o el propio Sueco Levov. Solamente en el dialogo con su hermano Jerry, cuando acude en busca de consuelo, se intuye el reproche de un comportamiento hipócrita al mantener la compostura, las maneras, hasta cuando cualquiera se hubiese comportado de manera más práctica que esos irreprochables modos.
La destreza para mezclar la historia personal y la historia política y social de los 60 es tan magistral como la manera de llevarnos a ellas.
Una historia apasionante, admirable y un nuevo regalo de Roth al lector.
4 comentarios:
Mi adicción a Philip Roth me vino por recomendación del propio grupo. Ya conocía "El lamento de Portnoy", pero he de confesar que su lectura pasó sin pena ni gloria. Fue cuando leí "La mancha humana", cuando descubrí el inmenso escritor con quien me las había. "La pastoral americana", remedo sarcástico de la inicial vida bucólica de los protagonistas y de la fiesta nacional de Día de Acción de Gracias, no ha hecho más que confirmar aquel deslumbramiento. Pero hablemos de aquello que se hace grandes sus novelas. En primer lugar la reciedumbre de sus personajes, su profunda humanidad, su textura de seres de carne y hueso que se mueven con autonomía en diálogos cargados de vigor y frescura. En suma, gente corriente a la que la vida maltrata y que se ven inmersos en la mayor crisis moral por la que haya pasado Norteamérica. Y puesto que estos seres no parecen ser dueños de sus destino y entre ellos se establece una radical soledad e incomunicación, da la impresión de que el autor deseara atenuar su radical pesimismo poniéndose en su lugar, tratándolos con cariño, compadeciéndose de ellos. Y es justamente este ejercicio de empatía lo que a mi me resulta más conmovedor en la novelas de Roth. Existe, además, otro componente en sus novelas que en ésta que comentamos alcanza casi el paroxismo: lo azaroso e imprevisible de nuestra existencia,a través de la trágica experiencia de Seymour Irving Levov. Todo nos va bien hasta que un mal día deja irnos: somos juguetes de un maldito azar en un mundo del que se enseñorea el absurdo y el que el deterioro físico y la enfermedad parecen constituir las únicas certezas.
Pero, aparte de estas constantes que suelen recorrer la mayoría de sus novelas, existen en esta obra otros componentes que le dan fisonomía propia. Sobre todo el fin de "sueño americano", a través de la extinción de una familia de inmigrantes, la crisis de una industria, la desintegración de un hogar y la desaparición de un mundo y de una moral convencional, encarnados todo ello en la patética pero bondadosa figura del Sueco Levov. Un hombre que cree vivir en el mejor de los mundos posibles hasta que el conflicto generacional se le hace patente en la persona de su hija, Merry, subproducto de una izquierda fanática, totalitaria y terrorista que en sus ciegas convicciones "era omnisciente incluso sin pensar", en afortunada expresión del Sueco. Una gente que era capaz de dinamitar el mundo presente para conseguir el paraíso futuro. Con lo que el Sueco, o el autor, o ambos, que esto es difícil de saber, ponen en solfa y mandan al basurero de la historia a todas las utopías que devastaron el siglo XX, por muy bienintencionadas que fueran. Pero ello no le evita lo que, a mu juicio, constituye el problema más devastador de la novela: ¿en qué medida los padres son responsables de las actuaciones torcidas de los hijos? Pero como no todo es pesimismo en la novelas de Roth, les recomiendo se detengan en la lectura del diálogo final entre Lou Lévov y Mary Dawn, suegro y nuera. Dos monoteísmos frente e frente en un "tour de force" ridículo y desternillante.
Siempre es humano, Philip Roth siempre escribe con tinta viva que late, enferma y se desangra. Esta novela es deslumbrante en su planteamiento narrativo y por la eficacia de su manejo del tiempo y el ritmo. Te lleva lento y discreto para pararte en una línea y decirte “Te enteras”, esto es lo que quiero contarte. Dos encuentros iniciales, le suscitan recuerdos, reconstruye la vida de un héroe, su éxito y su desgracia… y todo explota. Sus líneas están llenas de pasión y conocimiento del mundo pero esto no le impide hacer literatura de todos y cada uno de los detalles de la vida de sus personajes. Es una historia apasionante, intensa, profunda y con un enorme potencia fabulador. Hace una perfecta interpretación de la realidad a través del filtro poderoso y sugestivo de la ficción. Es la explosión de un sueño humano hecho novela. Es el derrumbe de una ilusión. Es la vida, pura vida y todos somos parte de esa novela.
Un relato profudo y muy duro que cuenta la vida de una familia americana de final de los años sesenta(Los pone en conexion con los hechos politicos y sociales de la época)y ven como el mundo "perfecto"que su familia habia creado a lo largo de tres generaciones se desmorona.
La doble moral aparece y desmitifica las vidas de su hija perfecta,su esposa perfecta y la de él mismo.Fachadas de hombres y mujeres que solo viven de apariencias.Imprecionante novela.
PASTORAL AMERICANA
Así quiso llamar a su obra, quiso que fuera una idílicas America y le llamo Pastoral.
Confieso no haberlo terminado, porque hay momentos en que tantos personajes me cansaban, pero estoy de acuerdo en que es un libro que está muy bien escrito,
La forma de novelar la vida de los personajes es lo que considero que es la literatura, ya que los trata con una sencillez y realismo que hace que vivamos sus vidas.
Zukerman cuenta la vida del Sueco y su familia, la cual vamos descubriendo que se va desmoronando al caerse poco a poco sus ilusiones e ideales, al igual que en la “ MANCHA HUMANA” Fhilip Roth utiliza sus personajes para hacernos una crítica real de la vida social política y religiosa del país .
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